Carisma

Orden de Predicadores

Orígenes

Como Orden de Predicadores, celebramos en 2016 un año jubilar con el lema ‘Enviados a predicar el Evangelio’. Este Jubileo recordaba la publicación de las Bulas promulgadas por el Papa Honorio III hace 8 siglos, confirmando la fundación de la Orden en 1216 y 1217.

Con la aprobación por parte del Papa se cumplía el sueño del español Domingo de Guzmán quien, preocupado por los problemas del mundo y de la Iglesia del momento, sintió la necesidad de crear una Orden cuyos miembros estuvieran dedicados a la predicación, la contemplación, el estudio y la compasión, para ayudar a los hombres y mujeres de cada tiempo

Nacía así la Orden de Predicadores formada por frailes, monjas contemplativas y laicos,  a la que se sumaron más tarde las  hermanas de vida apostólica, formando la Familia Dominicana, en total unos cien mil miembros. A lo largo de estos 800 años de historia hemos contribuido a la expansión de la Palabra de Dios, a la formación en la fe, a la creación de universidades, a la gestación de los derechos humanos. Durante estos 800 años, los dominicos hemos hecho grandes aportaciones a la historia de la Iglesia y a la historia de la humanidad, en campos como el de la justicia, la mística, la filosofía, la literatura, el arte, la ciencia, la geografía.

A los ocho meses de la confirmación de la Orden por el Papa Honorio III, Domingo, vistas y analizadas las cosas, tomó una extraña decisión: decidió dispersar a sus frailes. La seguridad de Domingo se hizo patente en una expresión a la que nada pudieron objetar:

“Dejadme obrar; yo sé bien lo que me hago.
Amontonado el trigo se corrompe; esparcido fructifica.”

El 15 de agosto de 1217 tuvo lugar la anunciada dispersión de los frailes, que muchos gustan de calificar como “Pentecostés dominicano”. Acababa de lanzar a su Orden, sus primeros hermanos, a lo desconocido para los hombres, aunque muy conocido por parte de Dios.

Fuente: https://www.dominicos.org/

Ver oraciones dominicas

Ver biografías dominicas