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La Palabra del Día: III Domingo del Tiempo Ordinario: Jonás 3, 1-5. 10; Corintios 7, 29-31; Marcos 1, 14-20

01/26/2015

somos invitados a akolouthèin, a seguirlo. Este verbo significa literalmente “seguir atrás” del que camina adelante, llenarse del polvo de sus pies, todo lo que camina el “maestro” se adhiere a la vida de sus discípulos. Por lo tanto la elección pasa a ser un seguimiento de la cotidianidad de a quién se sigue Adentrándonos […]

Conversiu00F3n de Pablo
somos invitados a akolouthèin, a seguirlo. Este verbo significa literalmente “seguir atrás” del que camina adelante, llenarse del polvo de sus pies, todo lo que camina el “maestro” se adhiere a la vida de sus discípulos. Por lo tanto la elección pasa a ser un seguimiento de la cotidianidad de a quién se sigue

Adentrándonos a la Palabra:

El evangelio de este domingo nos presenta una de las tantas narraciones vocacionales que están presentes en la Biblia. Es un género literario, por lo tanto tiene una estructura básica, en el cual lo primero que se indica es la condición de vida de la persona interpelada por Dios, después sigue la llamada expresada con palabras o acciones simbólicas y finalmente se tiene el seguimiento que conlleva el abandono de la actividad anteriormente presentada. A partir de este proceso quisiéramos entresacar algunas claves que son propias del evangelio de Marcos, por lo tanto él las deja impresas en este relato “común”, y que hacen eco en la primera lectura.
Veamos tres claves. La primera de ellas nace de los verbos que transitan toda la perícopa. Jesús pasa por allí, ve a los hombres en su trabajo y se dirige a ellos en lenguaje imperioso. El andar, ver, hablar, oír, venir, las funciones elementales de la actividad humana, determinan en gran medida el hablar de Marcos en su evangelio. Y si así habla, así presentará la vocación de los primeros discípulos de Jesús. Jesús los ve en su cotidianidad, en su lugar de trabajo, en sus lugares de vida; sabemos que los pescadores de la época pasaban día y noche ocupados en sus redes, y es allí dónde Jesús los ve y los elije. Es muy gráfico además como el escritor bíblico quiere acentuar este mensaje, en el segundo grupo de llamados, el de Santiago y Juan, el contexto no sólo es el día a día, sino en medio de su familia, hasta es nombrado su padre, Zebedeo (sabemos que en el texto bíblico lo que está escrito tiene una significación con el relato, por eso de la economía narrativa); por lo tanto el autor quiere destacar que la elección al seguimiento tiene que ver con lo que cada uno es, y desde allí, somos invitados a akolouthèin, a seguirlo. Este verbo significa literalmente “seguir atrás” del que camina adelante, llenarse del polvo de sus pies, todo lo que camina el “maestro” se adhiere a la vida de sus discípulos. Por lo tanto la elección pasa a ser un seguimiento de la cotidianidad de a quién se sigue.
La otra clave que nos parece muy gráfica es que esta elección al seguimiento de Jesús por el reino son hechas no de forma autónomas; Jesús elije a los suyos de dos en dos; en esta elección está impresa la comunidad, la misión junto a otros, el que somos llamados a predicar el reino de Dios en comunidad. Y aquí hay un punto que está muy claro en Marcos, no así en el evangelio mateano. La elección de los hijos de Zebedeo, más allá que es radical, en la cual cortan totalmente con su vida pasada, es presentada no desde la precariedad en que queda el padre frente a la elección de sus hijos. El reino de Dios necesita de hermanos que caminen juntos, pero su familia, hoy representada en Zebedeo, no queda sola, Marcos dice claramente que queda en la barca con sus jornaleros. El seguimiento no genera incertidumbre y vulnerabilidad en las familias de los discípulos.
Por último, y aquí creemos que el texto de la predicación de Jonás nos ayuda en la mirada, el seguimiento va acompañado de un cambio radical de vida, de una conversión. Digámonoslo de otra manera, “en el incondicional seguimiento se realiza la conversión”. A los discípulos se les cambia totalmente la vida, abandonan todo lo que hacían y se comprometen con la vida de Jesús y su predicación. Demos un vistazo a Jonás, todos sabemos cuál es el trasfondo de su vida, cómo no quiso en un primer momento ir a Nínive; pero cuando se dispone a “seguir” la palabra escuchada, despierta la conversión y el cambio radical en la vida de los Ninivitas, y ellos por esta escucha y compromiso, son salvados.
Concluyamos entonces. Dios nos convoca a su seguimiento desde lo que somos y en nuestro lugar vital; nos convoca junto a otros y otras para proclamar el reino, y ese “caminar detrás de Él” nos cambia la vida radicalmente, no sólo a nosotros, sino también a todos aquellos que comparten nuestra vida.

Hna Mariana Zossi
Licenciada en Sagradas Escrituras
24 de Enero 2015